jueves, 28 de junio de 2012

Queridos literarios:

Ahí va nuestro gran barco pirata, aquel en el que embarcamos un día sin saber que clase de aventuras viviríamos a bordo de él.
Con los 31 marineros que iba a bordo el viaje se hizo demasiado ameno, tanto que no quería bajarme a la hora de atracar. ¡Y comparto la idea con muchos!
Marineros de mi tempestad, mil millones de gracias por cada momento a vuestro lado. Puedo asegurar que a cada cual mejor. Sigamos nuestro rumbo hacia adelante, mirando de vez en cuando a nuestro alrededor y recordando cada sonrisa y cada lágrima que vivimos encima de este barco. Tengo la fe de que algún día cuando seamos más mayores, nos encontraremos y sonreiremos al recordar todo lo que vivimos. Sabed que  os llevaré siempre, como un tesoro perdido, pero perdido en un hueco de mi corazón.

Oh, y como no, no podemos olvidarnos de nuestra capitana, ¡Oh, capitán, mi capitán! Se separa de nosotros nuestra tan preciada capitana a la que hemos atendido todo tipo de órdenes, ¡a cada cual más loca!  Sólo desearle mucha suerte en lo que se le venga encima y agradecerle todo lo que ha echo por nosotros. Capitana, ¡no olvides usar protector solar!

Marineros esto no es un adiós, es un hasta luego.



No hay comentarios:

Publicar un comentario